Cata Mayor, en su artículo sobre recetas para saborear mejor el salmón, explica que este pescado puede cocinarse sin descongelarlo previamente.
Esto nos hace pensar en la importancia de los procesos de congelación, y también en cómo abordarlos.
Lo cierto es que acabar con cualquier rastro de parásitos resulta especialmente importante, y más aún cuando los alimentos van a consumirse crudos.
Por ejemplo, cuando comemos sushi como el del maestro Hideki Matsuhisa, o cuando degustamos un delicioso tartar como el de Carles Tejedor.
No obstante, la destrucción de los parásitos, como el anisakis, no es el único beneficio de congelar los alimentos…
Congelar tiene muchas otras ventajas
- Nos permite no tener que cocinar en toda la semana cuando tenemos que ir al trabajo.
- Nos facilita el acceso a alimentos de temporada durante todo el año.
- Aunque se congelen, los alimentos mantienen todas sus cualidades en cuanto a sabor, olor y color (siempre que no se rompa la cadena de frío).
- Tampoco se pierden los valores nutritivos si la congelación se hace tras el sacrificio o la recolección (se mantienen tanto nutrientes como minerales y vitaminas).
- Ahorro económico. Tal y como explican desde Supermercados Piedra, se pueden comprar alimentos con descuento, congelarlos y aprovechar así estas ofertas.
tificante perjudicial para salud utilizada en la producción de materias primas plásticas (conviene leer este artículo para saber más).
¿Cuál es el mejor método para congelar?
Una solución común para congelar son las bolsas de plástico. Sin embargo, no son sostenibles ni suelen ser reutilizables, con excepciones como las de Ikea.
Tal y como explica Ecoembes, lavar y reutilizar bolsas de plástico no es seguro y podría resultar perjudicial para nuestra salud.
Porque los productos crudos, como carnes o pescados, podrían dejar bacterias y contaminar el alimento que pongamos en su interior más tarde.
Por otro lado, las grasas y ácidos también son problemáticos, pues no permitirán una limpieza adecuada y siempre quedarán restos.
Para combatir esta problemática, desde Ecoembes recomiendan utilizar envases de vidrio o de cristal y bolsas reutilizables de silicona.
El vidrio, más que apto para congelador
Última actualización el 2022-08-08 at 11:31 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
Los tápers de vidrio, suelen estar fabricados en vidrio borosilicato no poroso que no absorbe manchas ni olores, resiste la corrosión y se limpia fácil.
Este tipo de vidrio es apto para congelador y también apto para microondas y lavavajillas.
Su principal pega, como adelantábamos, es que ocupan mucho espacio.
Nosotros recomendamos este juego de la marca FineDine de 35 onzas.
Por supuesto, son herméticos y, como plus, fáciles de limpiar.
Las bolsas de silicona ocupan menos
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Las bolsas de silicona son una solución fabulosa para congelar alimentos sin robarle mucho espacio a nuestro congelador.
Estas, turquesa, son de la marca Stasher y también están disponibles en muchos otros colores, desde el rosa hasta el gris, el naranja, el amarillo…
El fabricante asegura que la marca nació de un compromiso inquebrantable de reducir los plásticos de un solo uso.
De este modo, su misión es proporcionar una alternativa reutilizable a las bolsas de plástico desechables y contenedores de plástico de un solo uso.
Bolsas de PEVA, la alternativa a la silicona convencional
Última actualización el 2022-08-08 at 11:33 / Enlaces de afiliados / Imágenes de la API para Afiliados
Otra buena opción sostenible para congelar son las bolsas de PEVA reutilizables.
La PEVA es otro compuesto que se utiliza como alternativa al PVC, que no usa cloro ni otros materiales nocivos. Se considera una alternativa ‘eco-friendly’.
En cuanto a estas bolsas de la marca Greenzla, son de PEVA biodegradable (por supuesto, sin PVC, plomo, cloruro o BPA).
Aunque tienen formato de bolsas para sándwich, se pueden utilizar para congelar carne, pollo, pescado, fruta, croquetas y verduras.
A su favor también juega que la limpieza es muy sencilla. De hecho, se pueden limpiar con un simple cepillo para platos y luego colgarlas para que se seque.
Pasos a seguir para fregar bien y a mano las bolsas reutilizables
– Llenar la bolsa con agua caliente.
– Dejarla en remojo durante sesenta segundos.
– Verter el agua.
– Llenarla de nuevo, esta vez con agua tibia y un poco de jabón lavavajillas (del manual).
– Frotar con una esponja o un paño.
– Dejar la bolsa secar al aire, aunque también se puede acelerar el proceso con un paño.
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