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Las mejores plumas para la vuelta al cole

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¿Qué seria de nosotros sin una pluma? Cuántas veces miramos para todos lados al momento de apuntar algo, buscando ese boli salvador que nos ayude a escribir eso que tanto necesitamos.

Imagínense ir al colegio o a la universidad sin pluma. Impensable. De todo el lapicero podríamos decir que es el protagonista por excelencia.

Entre los escolares, pasar de escribir en lápiz a utilizar el pluma, marca ese límite convencional entre “ser chiquito” y “ahora ser más grande”.

En la secundaria o en la universidad no solo es impensable ir a clase sin pluma, sino que muchas veces cuántos más colores mejor para tomar apuntes claros y ordenados.

Elemento de primera necesidad en la escuela y muchas veces excusa para entablar charla con la compañera de al lado, los plumas se han adueñado de la escritura casi como Gutenberg a la imprenta.

Como sucede con la mayoría de los útiles escolares, plumas hay muchas y diferentes entre sí. Con esta breve guía podemos identificar el que mejor se adapte a las necesidades estudiantiles y porque no, descubrir algún que otra pluma digna de ocupar un espacio en el lapicero.

Plumas convencionales

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Plumas tinta de gel

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Plumas de colores

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Otras plumas

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Algunas curiosidades

El bolígrafo o pluma que utilizamos hoy en día comenzó a utilizarse en 1940. Anteriormente, la gente solía utilizar una pluma con cartucho de tinta o incluso el clásico frasco de tinta en dónde se mojaba una fastuosa pluma de ave con puntera metálica.

A un tal John Loud, se le ocurrió un sistema ideado con un cilindro y una pequeña bolita en la punta de este, que esparcía la tinta con mayor facilidad por diversas superficies.

En 1930, Laszlo Biro se dedicaba a acumular patentes de inventos, tal es así que junto a su hermano mejoraron el invento de Loud, perfeccionaron el sistema de la pequeña bola e incluso mejoraron la calidad de la tinta. En Argentina, fomentados por el gobierno de entonces, fabricaron y popularizaron el invento dándole el nombre de “birome”.

Luego en Francia, Marcel Bich fabricó en 1948 la pluma de plástico mejorada tal como lo conocemos hoy en día, bajo el nombre de la conocida marca “Bic”. Esta pluma mucho más accesible, hizo que hoy en día podamos tener más de uno en cada casa.

Diferentes tintas, diferentes plumas

La principal característica entre las plumas es el tipo de tinta y las encontramos de maneras diferentes.

Tinta de agua

Es una de las pioneras y la más utilizada en las plumas fuente o en algunas plumas que permiten recambiar el cartucho de tinta con la puntera incluida.

La tinta es una combinación de colorantes, pigmentos y disolventes que la vuelven bastante viscosa. Se desliza muy bien al momento de la escritura y logramos una caligrafía verdaderamente bonita.

Claro que las plumas que utilizan este tipo de tinta dependen de la presión que ejerzamos al escribir y si nos excedemos, obtendremos verdaderos manchones o caligrafías borroneadas.

Es muy común con estos bolígrafos encontrar manchas en los lapiceros o en las mochilas, puesto que el calor les afecta mucho. Su falta de uso puede hacer que la tinta se seque obstruyendo y estropeando por completo el bolígrafo.

Como la tinta en estos bolis no siempre ayuda, su uso en las escuelas no es del todo corriente. Las plumas fuentes pueden llegar a utilizarse en los primeros años de escuela, ya que la tinta fluye con soltura favoreciendo los primeros trazos, pero al cabo de un tiempo se sustituye por las plumas de gel.

Entre los grosores de sus puntas encontramos los micros (0.5mm), los finos (0.7mm) y los gruesos (a partir de 0.8mm).

Tinta de aceite

Es la más utilizada en las plumas convencionales. Es muy viscosa y muy densa, con lo cual el trazo no se basa en la presión que ejercemos al escribir, sino en deslizar el bolígrafo.

Como la tinta es más espesa, da igual si hacemos más o menos presión, el caudal o la cantidad de tinta que desprenda siempre será homogénea.

La desventaja es que producen una mayor fatiga al escribir, el clásico “me duele la mano de tanto escribir”.

Lo bueno es se evitan los accidentes con las manchas y no se secan con tanta facilidad.

Los colores más demandados en este tipo de plumas son el clásico azul, negro y los particulares verde y rojo utilizados para las correcciones.

Las puntas suelen ser bastante estándar, pero podemos encontrar finas (hasta 0.8mm), medias (entre 1.0 y 1.2 mm) y gruesas (a partir de 1.4 mm).

Tinta de gel

Es una mezcla entre la tinta líquida y la tinta de agua; es un poco más viscosa y por eso mejora la fluidez de la escritura.

Si bien muchos escolares prefieren este tipo de plumas, ya que no cansan tanto la mano al escribir, el problema es que, si el papel es de bajo gramaje, la tinta pude llegar a traspasarse al otro lado de la hoja.

Vamos a encontrar bolígrafos con tinta de gel de colores muy vistosos, tintas brillantes, fluorescentes, metálicas, etc. De hecho, como la concentración de pigmento en este tipo de tintas es mayor, los trazos suelen ser más gruesos.

Con este tipo de plumas se pueden escribir sobre hojas de color oscuro, como las hojas de colores o las negras.

Las desventajas es que su secado es más lento y no son precisamente de los bolígrafos más económicos.

Los hay con puntas de diferentes grosores: micros (hasta 0.5mm), medio (0.7mm) y grueso (1 mm).

Tinta borrable

Vamos a ser realistas, la escritura con estas plumas no es para nada bonita. La tinta suele ser mucho más clara porque es necesario poder borrarla con facilidad.

Claro que cuando se trata de aprender a escribir con el bolígrafo o familiarizarse con este tipo de escritura, la tinta borrable es una gran aliada.

Permite a los escolares borrar fácilmente las faltas de ortografía y los errores con una simple goma. En la primaria se suelen utilizar este tipo de plumas, ya que los niños no manejan con soltura el uso de correctores, excediéndose en la cantidad o no esperando el tiempo de secado necesario.

Otras características

Hay otras dos características que nos permiten diferencias las plumas, una de ellas hace a la escritura y la otra simplemente a una cuestión de comodidad en el uso.

Tipo de punta

Además de la tinta, la escritura con plumas está condicionada por el tipo de punta que utilicemos. Los bolígrafos clásicos de uso corriente son los de punta cónica, los que funcionan con la “bolita” que escurre la tinta por el papel.

Los otros bolígrafos, son los de punta de aguja, los clásicos de la marca “Pilot”. Muchos llaman a este tipo de plumas, estilógrafos, para diferenciarlos del resto de los bolígrafos convencionales. Sus puntas pueden variar entre los 0.4 mm y los 1.0 mm.

Algunos erróneamente los confunden llamándolos rotuladores; la diferencia es que un estilógrafo tiene la punta metálica, como las plumas; mientras que los rotuladores se asemejan a los marcadores, con puntas de fibra, textil o plástico.

Tipo de apertura

Si de comodidad de uso se trata, tendremos que hablar de los diferentes sistemas de apertura de un bolígrafo.
Los más comunes son las plumas con tapa o “capuchón”. Para uso escolar, los más seguros son los que llevan un agujero en su tapa.

La razón es que en los niños suelen mordisquear los capuchones y en caso de que por accidente se traguen la tapa, el agujero en la misma permitirá el paso del aire y evitarán que se ahoguen. Un simple detalle que puede hacer una gran diferencia.

Los bolígrafos retráctiles, funcionan gracias a un resorte que deja salir u oculta la punta del boli. La punta queda expuesta, con lo cual, si su uso es poco frecuente, al cabo terminará por secarse la tinta.

Su ruido puede ser un poco molesto, sobre todo en el silencio de las clases o con los nervios de los exámenes, el “clic,clic” sistemático pude poner a más de uno los pelos de punta.

Otro sistema son las plumas de giro helicoidal. Basta con girar una de las mitades del bolígrafo para que la punta quede expuesta, y con el giro opuesto guardar la punta.

Son poco frecuentes en el ámbito escolar, ya que es un sistema que se utiliza para plumas empresariales o con diseños más sofisticados.

Para zurdos

Para aquellos que la mano derecha no es su fuerte, vale la pena destacar que hay bolígrafos especialmente diseñados para zurdos.

La diferencia es que las personas que utilizan la mano izquierda se ven obligadas a empujar la pluma para poder escribir y si la tinta no seca bien, terminan con manchas en la hoja y en la propia mano.

Las personas diestras toman la pluma con el índice y el pulgar, haciendo que la punta del bolígrafo llegue sin dificultad al papel. Las personas zurdas deben inclinar la muñeca de lado y apoyarla sobre un costado para que la punta del bolígrafo llegue mejor al papel, algo que no siempre resulta cómodo del todo.

Por suerte hay plumas ergonómicos que se adaptan a la escritura con la mano izquierda. Cuentan con un agarre antideslizante y la tinta es de secado ultra rápido, con le fin de evitar borrones.

Grip

Seamos zurdos o diestros, muchas plumas hoy en día suelen llevar un grip. Este recurso se coloca cerca de la punta y tiene la función de mejorar el agarre y hacer que las horas de escritura resulten menos cansadoras.

El grip puede tratarse de un simple relieve en la caña (cuerpo) de la pluma, o algún suplemento de goma blanda con relieve, siendo estos últimos mejores que el simple relieve.